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“Big data”, drones y mariquitas al servicio del vino

En la bodega Pago de Carraovejas (Peñafiel – Valladolid) están ocupados en “embotellar el paisaje”, según la frase que emplea el director de la bodega, Pedro Ruiz Aragoneses. La inversión en innovación y desarrollo de la bodega está relacionada tanto con los procesos productivos como con la gestión.

El uso del riego controlado por goteo, utilizar el sistema de cultivo en terrazas, las levaduras y bacterias lácticas autóctonas de la finca en la fermentación, molinos antihelada… los empleados pasan más tiempo en los viñedos con sus bolígrafos digitales apuntando los datos que en la oficina. Desde el cielo, los drones controlan aspectos como la densidad de vegetación, los suelos o la variabilidad del viñedo por parcelas

El estudio de la flora, fauna y entomofauna de la finca, llevado a cabo con la Universidad de Salamanca, ha conseguido dejar de utilizar productos fitosanitarios, para que sea la naturaleza quien equilibre y controle las plagas: las populares mariquitas, de las que se han identificado veinte familias diferentes en el pago, se alimentan del pulgón, que puede ser muy dañino.

Como resultado de estos procesos, la bodega tiene la ilusión de convertirse en la primera de Castilla y León en obtener la certificación de Vino de Pago, en la que se defienden las características diferenciadoras tanto de suelos como el microclima en la finca.

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